La Tendinitis


No siempre el deporte nos produce consecuencias positivas, sino que a veces nos trae negativas, pero no quiero desanimaros con esto, ya que las posibilidades de lesiones son limitadas si nos cuidamos bien y las ventajas las superan con creces.



Esta vez hablaré de la tendinitis, una inflamación del tendón. Los tendones son cuerdas fibrosas gruesas que los músculos utilizan para insertarse en los huesos. La función de los tendones es transmitir la fuerza generada al contraer el músculo por el movimiento de los huesos.

En relación con los tendones encontramos la bursitis, una inflamación o irritación de una bursa, que son pequeñas bolsas situadas entre el hueso y otras estructuras móviles, como pueden ser los músculos, la piel o los propios tendones. La función de estas bolsas es facilitar un desplazamiento suave de estas estructuras.

Los tendones y las bolsas están cerca de las articulaciones, por lo que la inflamación de estas dos estructuras puede provocar dolor articular, pudiendo interpretarse, erróneamente como una artritis.

Bursitis y Tendinitis presentan síntomas muy parecidos: dolor y rigidez que empeoran con el movimiento. El dolor puede aparecer en cualquier momento, no necesariamente durante la actividad o inmediatamente después de esta. Cualquier parte de la estructura puede resultar afectada, aunque las más comunes son las que se encuentran alrededor de los hombros, codos y muñecas, dedos, caderas o rodillas, tobillos y pies.

Estas inflamaciones limitan el movimiento y requieren reposo para su curación, ya que si se sigue realizando la actividad que lo provoca, la inflamación aumenta. Con estas indicaciones, cremas específicas y masajes, el problema se resuelve sin más consecuencias.

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